Extrañas formas de llevar oxígeno al espacio

  • JONATHAN ISMAEL FRIAS CONCEPCION
  • DISCOVERY-NEWS

Cada vez que el hombre emprende una misión al espacio debe asegurarse de llevar suficiente oxígeno. Mientras que en lugares como la Estación Espacial Internacional (EEI) los astronautas viven del aire producido por una máquina a base de agua –proceso conocido como electrólisis-, en los paseos de exploración tienen que utilizar tanques portátiles. Estos sistemas suelen ser complejos y costosos –implican un peso extra considerable-, por lo que desde hace años se están buscando formas alternativas.

¿Quieres saber de qué se tratan los proyectos más insólitos para llevar oxígeno al espacio? Te lo contamos aquí.

Silk Life, una hoja sintética ultraresistente

Los científicos probaron en varias oportunidades llevar plantas al espacio para generar aire respirable. Sin embargo, los vegetales demostraron no llevarse bien con la gravedad cero, por lo que dejaron de ser una alternativa. Buscando imitar su proceso natural, el científico Julian Melchiorri del Royal College of Arts de Londres, diseñó una hoja artificial capaz de producir oxígeno por sí misma.

La Silk Life es una pequeña pieza sintética hecha a base de proteína de seda ycloroplastos extraídos de las plantas: estos últimos son elementos celulares fundamentales en la fotosíntesis por convertir la luz en energía química. Gracias a esta composición, las hojas artificiales pueden cumplir el rol de una planta convencional, absorbiendo luz, agua y dióxido de carbono para transformarlo en oxígeno. La diferencia es que, gracias a la fibra de seda, el material es sumamente resistente y apto para el ambiente espacial.

Si bien fue pensado para funcionar fuera de la Tierra, el invento de Melchiorri podría ser también útil para purificar el aire en ambientes superpoblados.

Moxie: La fábrica de oxígeno para Marte
MOXIE viajará en la misión de la NASA a Marte en 2020.

©NASA/Difusión

Uno de los mayores desafíos de conquistar el Planeta Rojo es obtener suficiente oxígeno para cada misión. Teniendo en cuenta la imposibilidad de la exploración humana sin este recurso,científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) desarrollaron una máquina capaz de convertir dióxido de carbono (CO2) en oxígeno.

El aparato, conocido como Moxie, consume electricidad para producir aire respirable en Marte y no tener que trasladar aparatos pesados desde la Tierra. El sistema se basa en una célula de combustible invertida, que utiliza la electrólisis para dividir el oxígeno y el monóxido de carbono del CO2 que compone el 96 por ciento de la atmósfera marciana. Los dos elementos resultantes son nuevamente separados, almacenando el oxígeno necesario para los astronautas y para que las naves emprendan su regreso a casa.

Según informó la NASA, la máquina será enviada en su próxima misión no tripulada a Marte en 2020. La idea es probar el prototipo en condiciones reales y, de resultar exitoso, desarrollar una versión más reducida para que lleven consigo los futuros exploradores del Planeta Rojo.

MELiSSA transforma heces en aire puro
MELISSA, un ambicioso proyecto de la ESA.

©ESA/Difusión

Desde hace varios años la Agencia Espacial Europea (ESA) está trabajando en un ambicioso proyecto que pretende convertir los residuos orgánicos y el dióxido de carbono en oxígeno, agua y comida para los astronautas que visiten Marte.

Esta iniciativa, denominada MELiSSA (siglas en inglés de Sistema Alternativo de Soporte Microecológico para la Vida) se inspira en los procesos químicos que ocurren dentro de un lago terrestre: la idea es crear una máquina con compartimientos que imiten a la naturaleza. En el primero habría una capa inferior compuesta por residuos orgánicos que originen ácidos grasos volátiles, minerales y amonio; en el segundo bacterias fotoheterotróficas que eliminen el carbono producido por el proceso anterior; en el tercero oxígeno que oxide la orina, los minerales y el amonio para producir nitratos que alimenten a las plantas; y en el último -o superior- luz y CO2 que permitan cultivar vegetales comestibles encargados de suministrar aire limpio.

De esta manera, los productos de desecho se pueden convertir en alimento, además de purificar el agua y el oxígeno. Este sistema no sólo sería útil para los viajes espaciales sino que también para la Tierra, minimizando los efectos de la superpoblación. Aunque los investigadores siguen avanzando en su desarrollo, por el momento MELiSSA sigue siendo un proyecto a largo plazo y aún no tiene fecha de prueba en el espacio.

¿Cuál de estas iniciativas crees que funcionará?

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